martes, 16 de julio de 2013

Dante Alighieri, entre el Amor y la Política

Por casi la mitad de su vida Dante añoró el poder regresar a su amada Florencia, pero los factores políticos estaban en su contra y su cabeza tenía un precio, así que se vio en la obligación de llevar una vida errante, viviendo casi de la misericordia ajena, pero si su vida hubiese sido otra, el nombre de Dante para la gran mayoría de nosotros a lo largo de siete siglos, y de los que habrán de venir, no significaría nada, y su legado literario hubiese sido nulo, ya que fue gracias al resentimiento personal sufrido por el exilio, lo que brotó todo ese veneno que plasmó en su obra maestra: La Divina Comedia.

Detalle de la escultura de Dante Alighieri, laureado.
Plaza de Santa Croce, Florencia, Italia

A diferencia de todo lo que nos podemos imaginar, Italia, la que habrá de ser la cuna de El Renacimiento, en esa época era un torbellino de pasiones políticas, de intrigas y enfrentamientos bélicos, y no el lugar idílico en donde los poetas y artistas, con la divinidad de Apolo y sus Musas, se inspiraban y creaban obras inmortales. Era un caldero de conflictos e intereses, en donde tres fuerzas rivalizaban sanguinariamente por el control de la península, que una vez fuera el corazón del Gran Imperio Romano: El Sacro Imperio Romano, La Iglesia Católica y Las Ciudades Estado. Éstas Ciudades Estado o Burgos eran comunas libres, independientes, pequeñas Repúblicas, que buscaban aumentar su área de influencia política y económica, apoyando, ya fuese al papa (los güelfos) o al emperador (los gibelinos).

"Dante y La Divina Comedia"
Es curioso que la Cúpula de la Catedral de Florencia aparezca
en la imagen, ya que ella se construyó más de 100 años después
de la muerte del escrito.
Fresco en la Basílica de Santa María del Fiore, Florencia, Italia.

Rivales antagónicos e irreconciliables. El enfrentamiento entre éstas dos fuerzas, papa vs. Emperador, busca afianzar el poder terrenal a costa de los débiles. Esta lucha, muchas veces sin cuartel, va a generar otra fuerza aún más poderosa que terminará por controlar a las dos y creará enfrentamientos propios: las monarquías absolutas.

Italia en 1328, en la que se generaliza las dos grandes fuerzas
rivales: El Sacro Imperio Romano y los Estados Papales.
Fuente: Wikipedia

Para la época de Dante Alighieri, la fuerza política que rige a la ciudad de Florencia es la güelfa, partidarios de la Iglesia, y él es uno de sus priores, pero las circunstancias y los puntos de vista encontrados en ese momento, dividen al poderoso partido, en los negros (negri) y en los blancos (bianchi), éste último con tendencia gibelina, al que se adhiere Dante, apoyando al emperador alemán Enrique IV por encima del papa, al que él detesta, Bonifacio VIII.

La gran rivalidad entre el Sacro Emperador Romano, Enrique IV
y el papa Bonifacio VIII

Alrededor de sus treinta años Dante se casó con Gemma di Manetto Donati, perteneciente a la nobleza florentina y cuya familia estaba muy involucrada en la política y que con los años serán sus enemigos, al él abogar, por las libertades comunales, en contra de la injerencia del papado sobre su ciudad con la pretensión de convertirla en parte de Los Estados Pontificios. Ese hecho debe de haber socavado aún más la relación que él tuvo con su esposa, razón por la cual nunca la nombrará en sus escritos, a diferencia de a la bella Beatriz, su musa, su alma gemela, su amor platónico, a la que le dedica todo un libro: Vita Nuova. “La gloriosa dueña de su alma”, que lo cautivó cuando la vio por primera vez, teniendo él, tan sólo 9 años de edad. Tuvo que esperar nueve años más para volvérsela a encontrar y ésta vez, ella le devolvió el saludo.

El encuentro platónico entre "Dante y Beatriz"
El puente en el fondo se llama La Trinidad y es mejor conocido
como Puente Viejo, por ser el más antiguo de la ciudad.
Autor: Henry Holiday, 1883
Walker Art Gallery, Liverpool, Inglaterra

La tercera vez que la vio fue en la iglesia y todos pensaron que la atenta mirada de Dante estaba dirigida a otra muchacha y no en Beatriz. El le escribió varias poesías que nunca fueron correspondidas y poco después ella contrajo matrimonio, muriendo cuatro años después, en 1291. Dante quedó desvastado. Él la inmortaliza en la tercera parte de su trilogía, El Paraíso, de la Divina Comedia, obra que seguramente nunca hubiese escrito de no haber sido expulsado de Florencia y cuya primera intención, al escribirla, no fue la de glorificar a su bella amada, sino condenar, en El Infierno, a todos sus enemigos, entre ellos a la familia de su esposa, al papa y a vivos o muertos que distaran de su visión política.

Fresco de "Dante"
Autor: Luca Signorelli, siglo XVI
Capilla de San Brizio, Orvieto, Italia

La Comedia fue publicada en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso, teniendo un éxito inmediato y continuo. Dante murió poco después de finalizar la tercera parte, en 1321, a sus 56 años de edad, probablemente de malaria, y casi, como un presagio narrativo, se fue, para unirse con su amada Beatriz.

"Dante y Beatriz en el Paraíso"
Autor: Cristóbal Rojas, 1889
Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela

Para muchos expertos, ésta novela es la obra cumbre del período hoy conocido como Edad Media y por esa razón también se puede considerar la primera gran novela de la modernidad, la que logra el quiebre entre el pasado y el futuro.


Cenotafio de Dante en la Iglesia de Santa Croce en Florencia, Italia.
Su cuerpo descansa en la ciudad de Ravenna, en donde murió.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

1 comentario:

  1. Wowwww.. me encanto.. lei La Divina Comedia hace mucho.. me encanto tu escrito!!

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